martes, 14 de enero de 2014

Tercera parte de las preguntas de Evelyn

Energia: Para determinar las necesidades calóricas se da preferencia al empleo del índice de calorías por unidad de altura por edad y sexo (kcal/cm). La máxima ingesta calórica de las mujeres, cerca de 2 550 kcal, tiene lugar en la época de la menarquía, alrededor de los 12 años. Esta demanda máxima va seguida de una reducción progresiva. La ingesta calórica paralela de los hombres ocurre durante el punto máximo del estirón puberal y aumenta progresivamente hasta 3 400 kcal a los 16 años, para disminuir luego en proporción de unas 500 kcal hasta los 19 años (3).
Además de las variaciones del tiempo y de la intensidad del crecimiento, es preciso recalcar una vez más que las actividades ordinarias y los ejercicios físicos, deportivos o competitivos, tienen un costo energético sumamente variable y deben evaluarse. Los ejercicios prolongados o vigorosos no deben exceder de 10 horas semanales, sin una correcta reposición nutricional y calórica. También es importante considerar las variaciones climáticas y si la actividad física se realiza en un ambiente cerrado o abierto. Varios estudios realizados en adolescentes atletas que padecían anorexia nerviosa o desnutrición crónica leve y prolongada permitieron demostrar que los efectos del déficit energético marginal ocasionaron alteraciones del ritmo y la velocidad de crecimiento. A la inversa: la obesidad y el exceso calórico también pueden alterar el crecimiento durante la adolescencia (4).
Cuando conversamos sobre alimentación y dietas estamos acostumbrados a escuchar o a mencionar la palabra calorías. Pero ¿sabemos realmente de qué se trata? Investiga y define claramente qué es una caloría.
 R: Unidad de energía térmica equivalente a la cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura de un gramo de agua en un grado centígrado, de 14,5 a 15,5°C, a la presión normal; equivale a 4,185 julios, es igual a 1.000 calorías-gramo, y se emplea en dietética para indicar el valor energético de los alimentos.
Proteínas: La necesidad de proteínas también guarda una relación más estrecha con la edad fisiológica y el estadio de maduración sexual y biológico que con la edad cronológica en la adolescencia. Asimismo, es importante relacionarla con la estatura del individuo. Además de la ingesta diaria, hay otros factores que influyen en el metabolismo proteico, como la composición de aminoácidos de la dieta, la suficiencia de la ingesta calórica, el estado nutricional previo y los trastornos generales (fiebre, enfermedades gastrointestinales, renales y de las glándulas endocrinas, tumores malignos, etcétera). Sin la ingesta calórica adecuada, la proteína se utilizará en la gluconeogénesis y no estará libre para la síntesis en los tejidos. En los adolescentes en pleno periodo de estirón puberal, el metabolismo proteico es muy sensible a las restricciones calóricas.
Es necesario recalcar que, debido a su alto costo monetario, las proteínas animales más comunes, por ejemplo carnes rojas (de res y de cerdo, entre otras), leche, queso y huevos, se pueden sustituir por carne blanca (aves, pescado) o de pequeños roedores, además de carnes secas o cecinas, o proteína vegetal (soya, cereales como avena, arroz, maíz, trigo, yuca; semillas como las de girasol y ahuyama; nueces como pistacho, maní y castañas, y verduras como frijol, arveja, habichuela, etcétera).
 Según lo mencionado en los dos párrafos anteriores ¿cuál es la relación entre el consumo de proteínas y el de calorías?

R: un aporte insuficiente de proteínas y calorías tiene consecuencias graves, pues las proteínas constituyen el principal material estructural del cuerpo, y son necesarias para la síntesis de anticuerpos contra las infecciones y de enzimas, de las que dependen todos los procesos bioquímicos. impide el crecimiento y aumenta considerablemente el riesgo de infecciones. Una carencia de calorías afecta a todos los procesos corporales, incluyendo el metabolismo y el crecimiento, provocando retraso tanto físico como mental. Si la carencia de proteínas y calorías es grave, el resultado es un marasmo grave o desnutrición.
Minerales: Durante el estirón puberal se requiere mayor cantidad de todos los minerales, en especial del calcio para el aumento de la masa ósea; el hierro para el aumento de la masa muscular y la expansión del volumen sanguíneo, y el zinc para la producción de nuevo tejido óseo y muscular.
La necesidad diaria de minerales como magnesio, fósforo, yodo, cobre, cromo, cobalto y flúor, también aumenta en la adolescencia. El flúor previene la caries dental, y cuando la red de abastecimiento público no es fluorada hay que consumir alrededor de 1,5 mg diarios. También deben tenerse en cuenta los principales electrólitos, como sodio, potasio y cloro, y la necesidad diaria de agua, sobre todo en los adolescentes atletas, que practican deportes, permanecen en la playa o trabajan exponiéndose al sol durante mucho tiempo.

Vitaminas: Los datos sobre las necesidades vitamínicas durante la adolescencia son limitados y se han extrapolado de estudios de la infancia y de otras etapas de la vida. Los correspondientes a los países de América Latina son aún más escasos, y los estudios se limitan a pequeños grupos de población. Sin embargo, se puede afirmar que las necesidades vitamínicas aumentan en forma proporcional a la velocidad de crecimiento y del desarrollo puberal (2, 3, 5-7), y que dependen de la ingesta calórica sobre todo de carbohidratos.
Los profesionales de la salud que tratan directamente con los adolescentes deben evaluar en su orientación dietética los derivados naturales y de bajo costo que contengan vitaminas del complejo B, ácido fólico, vitaminas B 12 y B 6, niacina, riboflavina y tiamina, además de vitaminas C, A, E y D, y suplementar debidamente la alimentación de las jóvenes embarazadas y los atletas. Por otro lado, es importante controlar la exageración de las compañías farmacéuticas y los medios de propaganda, así como la presión comercial que se ejerce sobre los padres y las familias respecto al uso de vitaminas que, con frecuencia, se presentan a los adolescentes como “drogas milagrosas”. A veces, las fórmulas contienen medicamentos hormonales o psicoactivos que pueden llegar a perjudicar la duración y la culminación del proceso de crecimiento.

Según la autora ¿cuál es la fuente más recomendable de vitaminas, las fórmulas químicas o los alimentos naturales?
R: Es recomendable la ingesta de productos naturales y de bajo costo que contengan vitaminas del complejo B, acido fólico, vitaminas B12 y B6, niacina, riboflavina y tiamina además  de vitaminas C, A, E Y D.

Evaluación nutricional : El estado nutricional se define por la medida en que las necesidades fisiológicas de cada nutriente individual son (o no son) satisfechas. El estado nutricional indica el metabolismo celular y su determinación permite evaluar el nivel de funcionamiento celular en relación con la disponibilidad y el uso de los nutrientes necesarios en determinado momento. También es importante considerar el ambiente nutricional, que está constituido por los factores que influyen en el estado nutricional, tales como la historia clínica, las condiciones socioeconómicas, el uso de medicamentos y drogas, la actitud familiar y las prácticas culturales y religiosas (2).
La evaluación nutricional, que incluye el estudio de la relación entre el estado y el ambiente nutricional, consiste en reunir información sobre el individuo y su medio ambiente para trazar planes y estrategias de intervención y de cuidados nutricionales (4, 8).
 ¿Para qué sirve la evaluación nutricional?
R:Para reunir información nutricional sobre el individuo y su medio ambiente para trazar planes y estrategias de intervención y de cuidados nutricionales.
CONDICIONES ESPECIALES EN LA NUTRICIÓN DE LOS ADOLESCENTES
Para comprender mejor este apartado, busca cuál es la idea central de cada tema. Si bien se proporcionan datos alimenticios y listas de nutrientes, en cada uno hay una idea central. Te damos un ejemplo en el primer tema.
Embarazo y lactancia: En varios estudios se ha demostrado que el embarazo en la adolescencia representa un gran riesgo para la madre y el niño, principalmente debido a las dificultades nutricionales que se suman a los problemas emocionales y a las reacciones sociales, sobre todo en las clases menos favorecidas. Aumentan las necesidades proteicas, energéticas y de todos los nutrientes, y cuando la madre no tiene el debido aumento de peso durante el embarazo, el peso del recién nacido es insuficiente. Las adolescentes embarazadas cuya vida es sedentaria necesitan, como mínimo, de 2 400 a 2 600 kcal diarias, y las adolescentes más activas o en la etapa final del crecimiento requieren cerca de 50 kcal diarias por kg de peso. Hay que calcular de 30 a 35 gramos diarios de proteína suplementaria (2, 3, 5, 7, 9, 10).
La composición del calostro y de la leche de las madres adolescentes también está relacionada con la edad y los factores socioeconómicos. El factor edad influye mucho en la concentración de proteínas totales, como mecanismo de compensación del valor calórico. Los ácidos grasos se alteran mucho con el nivel socioeconómico, por su influencia directa en el patrón alimentario de la madre (9).En consecuencia, debe hacerse hincapié en la necesidad de suplementación proteica, energética y vitamínica de la nutrición durante los periodos de embarazo y lactancia en la adolescencia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario