Enfermedades crónicas :
Las enfermedades crónicas durante la adolescencia tienen
repercusiones nutricionales y deben recibir atención prioritaria (10). A
menudo requieren consultas especializadas. Son ejemplos de las mismas:
·
Endocrinopatías: diabetes mellitus y enfermedades tiroideas.
·
Enfermedades gastrointestinales: parasitosis, úlcera péptica, colitis
ulcerativa, enfermedad de Chron.
·
Enfermedades cardiopulmonares: fibrosis quística, asma, carditis reumática,
tuberculosis. Enfermedades neoplásicas.
·
Colagenosis.
·
Nefropatías e insuficiencia renal crónica.
·
Anorexia nerviosa, bulimia y obesidad.
La prevención nutricional : Los efectos y síntomas
de algunas enfermedades no aparecen sino hasta la vida adulta o la vejez, pero
su proceso se inicia en la infancia y adolescencia. El valor de la prevención y
la influencia nutricional deben considerarse en cualquier inversión a largo
plazo para modificar ciertos patrones de conducta y hábitos dietéticos de alto
riesgo. El objetivo general es la disminución de la elevada incidencia de
enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial y la
aterosclerosis [sic] (6), las enfermedades degenerativas y el
cáncer, y de las elevadas tasas de mortalidad que causan.
Este apartado se dedica a dar información sobre qué causa ciertas
enfermedades y cómo prevenirlas desde la adolescencia.
Aterosclerosis e hiperlipidemia :Muchas pruebas sugieren
que esta enfermedad arterial se inicia durante el periodo juvenil, y que representa
una reacción a lesiones y daños. No se conoce a ciencia cierta el mecanismo
exacto de su manifestación, pero existe una relación importante con las
concentraciones elevadas de colesterol. Los factores de riesgo relacionados con
la aterosclerosis son principalmente concentraciones séricas elevadas de
lípidos, además de hipertensión, tabaquismo, obesidad, estilo de vida
sedentario y factores hereditarios.
Los pasos para la prevención de la aterosclerosis en la red de
atención primaria se pueden resumir de la manera siguiente (6):
1. Evaluación del riesgo: historia familiar (familiares con
hipertensión, angina, infarto, accidente cerebrovascular y diabetes
insulinodependiente antes de los 60 años), y concentración de colesterol y
presión arterial de los padres.
2. Determinación de las concentraciones de colesterol: se debe
realizar por lo menos una vez durante la adolescencia, aun entre familias
expuestas a bajo riesgo, y las concentraciones deben ser inferiores a 200
mg/dl.
3. Determinación de la presión arterial.
4. Determinación del peso y la relación del peso con la altura.
5. Orientación sobre el tabaquismo y las actividades físicas.
6. Orientación dietética con el objetivo de reducir la ingesta
de grasas y colesterol.
Uno de los hábitos para prevenir esta enfermedad es evitar el
consumo de colesterol. ¿Qué otros puedes identificar?
R: -La elevación de lípidos, la hipertensión, el tabaquismo,
la obesidad, factores hereditarios.
Hipertensión arterial: A todos los
profesionales de la salud que trabajan en la red de atención primaria se les
debe recalcar la importancia de determinar la presión arterial en los niños y
adolescentes. La hipertensión arterial comienza en la infancia y la
adolescencia, y persiste en la vida adulta si no se establecen métodos de
prevención y tratamiento precoz.
Se considerará anormal cuando se obtengan tres resultados de la
presión arterial superiores al 95 percentil para la edad y el sexo, en tres
ocasiones diferentes. En la práctica, durante la adolescencia se fijan límites
de 140 mm Hg y 90 mm Hg para la presión sistólica y diastólica. Se debe
recalcar la importancia de la calibración del esfigmomanómetro y del examen
practicado.
En estudios de diversas poblaciones se ha demostrado que el
tratamiento de la hipertensión reduce las tasas de mortalidad por problemas
cardiovasculares y aterosclerosis. Es necesario indicar a los adolescentes el
valor del ejercicio, la pérdida de peso y la restricción de la sal
(aproximadamente 2 g de sodio o 5 g de sal). La intervención nutricional tiene
por fin establecer buenos hábitos de alimentación desde temprano. En las
personas obesas, la reducción del consumo de grasas saturadas y del peso guarda
relación con la disminución de las concentraciones séricas de colesterol y
triglicéridos, la tensión arterial y los riesgos de trastornos
cardiovasculares.
Algunos estudios sugieren que el calcio puede ser también un
factor que fomenta la hipertensión arterial en la adolescencia. La ingesta
escasa de calcio guarda relación con el aumento de la presión arterial y puede
ser necesaria la suplementación de calcio. Como muchos de los alimentos
preferidos por los adolescentes tienen un alto contenido de sal y grasa (papas
fritas, bizcochos, palomitas de maíz, maní, etcétera), es preciso hacer las
sustituciones necesarias de una forma real, comprendiendo el estilo de vida
propio de la adolescencia. La orientación dietética puede tener efectos a largo
plazo para los adolescentes cuando:
·
Explica la diferencia entre “sodio” y “sal”.
·
Enumera los alimentos con altos contenidos en: sodio, sal suplementaria y sodio
debido al proceso de industrialización; y alerta a las personas sobre sus
efectos en la dieta.
·
Señala el exceso de sal en los alimentos consumidos fuera del horario normal de
las comidas.
·
Enseña el uso de otros condimentos para fines de sustitución y de
acondicionamiento del paladar.
Piensa en cómo harías una actividad
escolar para que los adolescentes obtuvieran la información sobre la sal y el
sodio sugerida en los puntos anteriores.
R: Echar en un vaso de agua sal,
posteriormente le echaran agua para que salga la sal del vaso, de esta manera
se les podrá explicar que consumir abundante aguan ayuda a eliminar la sal de
nuestro cuerpo ya que perjudica la salud.
Cáncer: En la adolescencia se presentan varios
tipos de tumores y enfermedades malignas que incrementan la tasa de mortalidad
en forma bastante significativa. Los tumores de mayor incidencia en esa edad
—la leucemia, los linfomas y los tumores óseos o intracraneanos— difieren de
las neoplasias de la edad adulta, que generalmente son gastrointestinales,
genitales y dependientes de las hormonas.
La interacción del cáncer y la nutrición es bastante compleja,
pero reviste gran importancia en la prevención de las causas de mortalidad por
catabolismo proteico energético, por síndromes de mal absorción y por
inmunodeficiencias. Varios nutrientes pueden tener un efecto carcinógeno, de la
misma forma que las diversas clases de terapia más comunes como cirugía,
quimioterapia y radioterapia pueden influir en la nutrición del individuo.
Los principales objetivos son evitar la pérdida de peso y
favorecer el aporte nutricional suficiente para completar el crecimiento (14).
Siempre es importante considerar los efectos tóxicos de muchos agentes
anticancerígenos sobre la saciedad, el paladar y la ingestión y absorción de
los alimentos. La anorexia, las náuseas, el vómito, la diarrea, las lesiones
orales y la aversión a varios alimentos son comunes durante la terapia y debe
estimularse la suplementación oral. Los suplementos orales generalmente
contienen de 1 a 2 kcal/ml en sus fórmulas. La interrelación de los factores
emocionales y de equivalentes depresivos que se producen a manera de reacción
también puede modificar la conducta dietética de los adolescentes con
neoplasias. El miedo a la muerte, la debilidad física, el aislamiento social,
los cambios de apariencia física y el dolor pueden influir en los hábitos alimentarios.
Paradójicamente, la alimentación también puede significar que existen lazos
afectivos con la vida y servir de medio para recibir mayor atención. La
nutrición total por vía parenteral es una alternativa a largo plazo, en caso de
terapia continua, si se produce una pérdida de más de 6 a 10% del peso ideal,
la anorexia es constante y la ingesta nutricional es insuficiente (13).
La autora menciona diversos factores que influyen en la
conducta dietética de los adolescentes con cáncer. ¿Cuáles son estos factores?
R: En la adolescencia se presenta varios tipos de tumores y
enfermedades maligna. Varios nutrientes pueden
tener un efecto carcinógeno.
Conclusiones :
Todo profesional de la salud que trabaja en la red de atención
primaria y tiene contacto directo y diario con adolescentes, sus familias y la
comunidad, debe mantenerse informado respecto a los factores nutricionales y su
influencia en la salud y la enfermedad, y las repercusiones inmediatas y a
largo plazo que tiene la nutrición
Los programas de educación para la salud deben incluir hábitos de
nutrición y alimentación y emplear técnicas sencillas de comunicación y
divulgación de información, respetando y comprendiendo siempre las
características propias de los adolescentes.
La orientación y los consejos sobre nutrición deben formar parte
de un trabajo interdisciplinario de los miembros del equipo de salud, con una
participación activa de la familia y la comunidad escolar, hospitalaria o de
otras instituciones donde estén los adolescentes. En última instancia, éstos
deben ser los verdaderos agentes de salud y multiplicadores del proceso.
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