Explícate a ti mismo(a) por qué cada uno de los grupos que menciona
la autora se considera de riesgo en el aspecto nutricional.
Porque en cada punto habla sobre un conjunto de personas con necesidades
de orientación nutricional, con apoyos nutricionales debido al clima
desfavorable, la sequía, la deficiente planificación agrícola, la política
inestable e ineficaz y la mala gestión de los recursos naturales, hay millones
de personas que padecen hambre.
Necesidades nutricionales :Durante la adolescencia,
las necesidades nutricionales se relacionan directamente con los cambios en la
composición corporal, y guardan un vínculo más estrecho con la edad fisiológica
que con la cronológica. Hay que considerar siempre la etapa de maduración, el
estadio de desarrollo puberal y sexual, y la velocidad de crecimiento. Se debe
hacer hincapié en tres aspectos del crecimiento: la intensidad y la duración
del estirón puberal, las diferencias sexuales del comienzo y el tiempo
necesario para que se manifiesten los cambios principales de composición y
proporción corporal, y las variaciones en cada persona y en la población en
general (1).
* Los números entre paréntesis remiten a los textos
incluidos en el apartado “Referencias”
Es útil dividir las etapas del crecimiento puberal en:
·
Velocidad prepuberal (a veces con ligera desaceleración).
·
Aceleración de la velocidad de crecimiento, con un estirón puberal máximo que
dura de 18 a 24 meses (alrededor de los 10 a los 13 años en el sexo femenino y
de los 12 a los 15, en el masculino).
·
Desaceleración de la velocidad de crecimiento que ocurre en los 24 a 36 meses
siguientes.
La velocidad del aumento de estatura y la del aumento de peso
guardan entre sí una relación de influencias recíprocas y aportan de 15 a 20%
de la estatura y 50% del peso final de la persona adulta. De ahí la importancia
crucial de la nutrición en la semiduplicación de la masa corporal durante la
pubertad. Lógicamente, las necesidades nutricionales son máximas en el periodo
de máximo crecimiento. La velocidad del aumento de peso coincide con la del
aumento de estatura en el sexo masculino, pero tiene lugar de seis a nueve
meses después en el sexo femenino. Esa velocidad de aumento de estatura y de
peso también debe relacionarse con el estadio de desarrollo puberal, según la
clasificación de Tanner. Es máxima en el estadio tres o premenarquía en el sexo
femenino, y en el estadio cuatro en el masculino. Las necesidades nutricionales
se reducen después de la menarquía y, en ambos sexos, después de la fusión
total de las epífisis óseas y al final de esa etapa de maduración biológica.
Por lo general, el aumento del apetito y de la sensación de “hambre” coinciden
con el aumento de la velocidad de crecimiento (1).
Observa cómo los dos párrafos anteriores se dedican a explicar la
primera frase del apartado: “Durante la adolescencia, las necesidades
nutricionales se relacionan directamente con los cambios en la composición
corporal, y guardan un vínculo más estrecho con la edad fisiológica que con la
cronológica.” Es decir, la autora nos explica el proceso de crecimiento en la
adolescencia y las razones por las que comemos más en ese periodo de la vida.
Define las siguientes palabras: fisiológica, menarquía, epífisis óseas.
Define las siguientes palabras: fisiológica, menarquía, epífisis óseas.
R:FISILOLOGIA:
Ciencia que tiene por objeto el
estudio de las funciones de los seres orgánicos.
MENARQUÍA: Se refiere a la aparición de la menstruación en la
mujer.
EPIFISIS ÒSEA:
Cada uno de los extremos de los
huesos largos, separado del cuerpo de estos durante los años de crecimiento por
una zona cartilaginosa, cuya osificación progresiva produce el crecimiento del
hueso en longitud.
A pesar del significativo aumento de peso de los adolescentes de
ambos sexos, existen diferencias sexuales en relación con la velocidad y
cantidad del aumento y la composición y distribución de los tejidos. Durante la
pubertad, los varones engordan a mayor velocidad y su crecimiento óseo continúa
durante un periodo mayor que en las mujeres. Sin embargo, en éstas se deposita
una mayor cantidad de masa adiposa y en los varones, una mayor cantidad de masa
muscular. La proporción y distribución de la composición corporal también
difieren durante la adolescencia. Los varones enflaquecen más y,
paradójicamente, aumenta su número de células adiposas mientras disminuye el
aporte porcentual de la adiposidad al total de la masa corporal. Por el
contrario, las mujeres tienen un aumento progresivo de la acumulación de grasas
y un incremento del porcentaje de adiposidad en relación con el total de masa
corporal. Como resultado de los cambios puberales, los varones tienen una mayor
masa corporal, un esqueleto más grande y menos tejido adiposo, en relación con
la masa corporal, que las mujeres. Estas diferencias en la composición corporal
y en la velocidad de crecimiento entre los sexos deben considerarse siempre en
la determinación de las necesidades nutricionales, que generalmente son más
intensas y de mayor duración en los varones. Por tales motivos, los varones
necesitan un mayor consumo de proteína, hierro, zinc, magnesio y calcio que las
mujeres (1, 2).
Los hombres y las mujeres no crecemos igual. ¿Cuáles son las
diferencias que resalta la autora?
R: Los
cambios puberales, los varones tienen una mayor masa corporal, un esqueleto más
grande y menos tejido adiposo, en relación con la masa corporal, que las
mujeres.
Esa velocidad de aumento de estatura y de peso también debe
relacionarse con el estadio de desarrollo puberal.
Las recomendaciones que determinan los valores de las
necesidades nutricionales se basan primordialmente en estudios hechos en los
Estados Unidos de América (cuadros 1 y 2), y de allí se intentan extrapolar las
necesidades reales de las comunidades objeto de atención primaria (3).Estos
textos deberán utilizarse siempre con buen criterio, y con las adaptaciones
necesarias, en programas en los que se tengan en cuenta las características de
los adolescentes usuarios. Es importante subrayar que el trabajo de orientación
nutricional deberá realizarse de manera integrada con los mismos adolescentes,
sus familias, escuelas u otras instituciones y la comunidad, con la presencia
de profesionales del sector salud específicamente adiestrados en nutrición, que
podrán adaptar la cantidad ideal para atender las necesidades nutricionales a
las condiciones de la realidad local.
Hasta aquí, la autora nos ha presentado su manera de ver el
problema, el enfoque que propone para abordarlo. A partir de este punto nos
dará información específica sobre las necesidades nutricionales de los
adolescentes.
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