Exposiciones
Corazón:
El corazón es un órgano hueco que tiene el tamaño del puño
de tu mano. Está a la altura de tu pecho, hacia la parte izquierda. El corazón
se sitúa dentro del tórax, entre los dos pulmones.
El
corazón tiene cuatro cavidades, como cuatro habitaciones con puertas para
entrar y salir: dos arriba, las aurículas,
y dos abajo, los ventrículos. Las aurículas reciben la
sangre que llega al corazón. Los ventrículos la expulsan fuera del corazón.
La sangre entra en el
corazón, pasa de una cavidad a otra y sale del corazón. Las paredes que forman
las cavidades del corazón están constituidas por un músculo muy potente, el músculo cardiaco.
La contracción del corazón se llama sístole. La relajación del corazón se
llama diástole. Cada vez que tu
corazón late, se produce la contracción y la relajación de sus paredes.
Para que la sangre pase
de una cavidad a otra o para que salga del corazón, las paredes se contraen y
empujan la sangre con fuerza. Al mismo tiempo que las paredes se contraen o se
relajan, las puertas entre las cavidades se abren o se cierran para dejar
entrar o salir la sangre. Estas puertas se llaman válvulas cardiacas. Cada puerta recibe un nombre (válvula mitral, tricúspide, aórtica y pulmonar).
Estomago: Cuando los tejidos se agrupan y trabajan
coordinados para realizar una misma función forman un órgano. El estómago es un
órgano que forma parte del aparato digestivo. Su principal función es la
descomposición de los alimentos.
Intestino grueso: Es un tubo que mide unos 7 metros.
Está plegado dentro de la cavidad abdominal. En el intestino delgado se produce
una parte muy importante de la digestión química y de la absorción de los
nutrientes.
La primera parte del intestino
delgado recibe, por unos conductos, unas sustancias que se fabrican en dos
órganos, el hígado y el páncreas.
El
intestino delgado está enrollado en el centro de la cavidad abdominal y
está dividido en tres partes: duodeno, yeyuno e íleon. La porción superior o
duodeno comprende el píloro, la abertura de la parte inferior del estómago por
la que vacía su contenido en el intestino. El duodeno tiene la forma de una
herradura que rodea tanto a una parte del páncreas y el conducto pancreático,
como a los conductos del hígado y de la vesícula biliar que vierten en él. El
yeyuno o parte media del intestino delgado se extiende desde el duodeno hasta
su porción terminal o íleon, que acaba en un lado de la primera parte del
intestino grueso llamada el ciego. El intestino delgado tiene una membrana de
revestimiento o mucosa, adaptada para la digestión y absorción que está plegada
y cubierta por unas pequeñas prolongaciones llamadas vellosidades; éstas son
pequeños tubos de epitelio que rodean un vaso linfático y gran cantidad de
capilares. En su base se abren unas pequeñas depresiones glandulares llamadas
criptas de Lieberkühn, que secretan las enzimas necesarias para la digestión
intestinal. Las proteínas e hidratos de carbono digeridos pasan de los
capilares de las vellosidades a la vena porta, que entra en el hígado, mientras
que las grasas digeridas se absorben a través de los pequeños vasos linfáticos
y alcanzan el flujo sanguíneo general. La mucosa del intestino delgado también
secreta la hormona secretina que estimula al páncreas para producir las enzimas
digestivas.
Páncreas: glándula sólida localizada
transversalmente sobre la pared posterior del abdomen. Su longitud oscila entre
15 y 20 cm, tiene una anchura de unos 3,8 cm y un grosor de 1,3 a 2,5
centímetros. Pesa 85 g y su cabeza se localiza en la concavidad del duodeno
llamada asa duodenal.
El
páncreas tiene una secreción exocrina y una endocrina. La secreción exocrina
está compuesta por un conjunto de enzimas que se liberan en el intestino para
ayudar en la digestión: es el jugo pancreático. La secreción endocrina, la
insulina, es fundamental en el metabolismo de glúcidos en el organismo. La
insulina se produce en el páncreas en grupos pequeños de células especializadas
denominadas islotes de Langerhans. Cuando estas células no producen insulina
suficiente se origina una diabetes. En 1968 fueron realizados los primeros
trasplantes en cuatro diabéticos utilizando órganos de cadáveres. Los
trasplantes de páncreas conllevan enormes dificultades, y sólo uno de cada diez
transplantados sobrevive más de un año a pesar del uso de fármacos como la
ciclosporina.
Próstata: estructura glandular que rodea la uretra del hombre
en la zona situada enfrente y por debajo del cuello de la vejiga. Su función
consiste en producir un líquido que se mezcla con los espermatozoides
producidos en los testículos y con líquido procedente de las vesículas
seminales, para formar el semen. Con frecuencia, la próstata se inflama de
forma aguda o crónica, produciendo malestar y descarga uretral. La alteración
más frecuente en la próstata es el aumento crónico de tamaño, o hipertrofia.
Aparece en los últimos años de vida y es la causa más habitual de la dificultad
para orinar y de la retención de orina. En los casos más graves es necesario
extirparla mediante cirugía; esta operación se denomina prostatectomía. El
cáncer de próstata es una forma frecuente de cáncer en los ancianos, y está
aumentando su incidencia en jóvenes.
Laringe: La laringe humana tiene dos pares de cuerdas
vocales formadas por tejido conectivo elástico cubierto por pliegues de
membrana mucosa. Uno de los pares, las falsas cuerdas vocales, se extiende
desde la epiglotis hasta el ángulo del cartílago tiroides; estas cuerdas
estrechan la glotis (la abertura faríngea de la laringe) durante la deglución.
Por debajo de ellas están las verdaderas cuerdas vocales, que se extienden
desde los cartílagos aritenoides hasta el ángulo del tiroides. La vibración que
en este par de cuerdas provoca el aire procedente de los pulmones determina la
formación de sonidos que amplifica la naturaleza resonante de la laringe. El
tono del sonido se controla de forma voluntaria por medio de músculos que giran
los cartílagos aritenoides hacia el centro del cuerpo (relajando y alargando
las cuerdas) para emitir tonos bajos y hacia los lados (acortando y tensando
las cuerdas) para los altos. La magnitud del ángulo formado por las placas del
cartílago tiroides determina la gravedad de la voz. Durante la pubertad, este
ángulo disminuye en los varones y, al reducir la tensión de las cuerdas
vocales, hace que la voz sea más grave; en casi todas las mujeres aumenta y
acentúa la tensión de las cuerdas.
Hígado: Pesa cerca de 1,5 kg, es de color rojo oscuro y
está situado en el cuadrante superior derecho de la cavidad abdominal.
El hígado
surge como un crecimiento excesivo de la porción superior del duodeno, justo
por debajo del estómago. A diferencia de cualquier otro órgano, el hígado tiene
dos vías por las que recibe sangre: la arteria hepática transporta sangre oxigenada
procedente del corazón, y la vena porta, que transporta sustancias alimenticias
desde el estómago y los intestinos. Estos vasos sanguíneos penetran en el
tejido glandular del hígado y se dividen hasta formar sinusoides capilares
diminutos (capilares por los que circula la sangre desde la vena porta y la
arteria hepática y va a parar a la vena centrolobulillar o vena central).
El hígado obtiene su propio
suministro de sangre oxigenada de la arteria hepática, que se bifurca de la
aorta. La sangre que abandona el hígado es recogida por las venas hepáticas,
unidas entre sí para formar una sola vena hepática, que vierte la sangre que
transporta en la vena cava inferior; desde la vena cava inferior la sangre
regresa al lado derecho del corazón, para ser bombeada hacia los pulmones.
El hígado está constituido
por formaciones diminutas que reciben el nombre de lobulillos o lóbulos hepáticos
y están separados entre sí por tejido conectivo; en la periferia también se
encuentran los espacios porta, que contienen cada uno un conducto biliar, y una
rama de la vena porta y otra de la arteria hepática. Estos lobulillos tienen
forma hexagonal; están compuestos por columnas de células hepáticas o
hepatocitos dispuestas de forma radial alrededor de la vena central, rodeadas
por canales diminutos, conocidos como canalículos biliares, hacia los que se
vierte la bilis que segregan los hepatocitos. Estos canales se unen para formar
conductos cada vez más grandes, que terminan en el conducto hepático. El
conducto hepático y el conducto procedente de la vesícula biliar forman el
conducto común de la bilis, que descarga su contenido en el duodeno. Por lo general,
en los primates y en los carnívoros el conducto pancreático se une con el
conducto común de la bilis antes de penetrar en el intestino.
Ojos: órgano de la visión
en los seres humanos y en los animales. Los ojos de las diferentes especies
varían desde las estructuras más simples, capaces de diferenciar sólo entre la
luz y la oscuridad, hasta los órganos complejos que presentan los seres humanos
y otros mamíferos, que pueden distinguir variaciones muy pequeñas de forma,
color, luminosidad y distancia. En realidad, el órgano que efectúa el proceso
de la visión es el cerebro; la función del ojo es traducir las vibraciones
electromagnéticas de la luz en un determinado tipo de impulsos nerviosos que se
transmiten al cerebro.
El ojo en su conjunto, llamado
globo ocular, es una estructura esférica de aproximadamente 2,5 cm de diámetro
con un marcado abombamiento sobre su superficie delantera. La parte exterior, o
la cubierta, se compone de tres capas de tejido: la capa más externa o
esclerótica tiene una función protectora, cubre unos cinco sextos de la
superficie ocular y se prolonga en la parte anterior con la córnea
transparente; la capa media o úvea tiene a su vez tres partes diferenciadas: la
coroides —muy vascularizada, reviste las tres quintas partes posteriores del
globo ocular— continúa con el cuerpo ciliar, formado por los procesos ciliares,
y a continuación el iris, que se extiende por la parte frontal del ojo. La capa
más interna es la retina, sensible a la luz.
La córnea es una membrana resistente,
compuesta por cinco capas, a través de la cual la luz penetra en el interior
del ojo. Por detrás, hay una cámara llena de un fluido claro y húmedo (el humor
acuoso) que separa la córnea de la lente del cristalino. En sí misma, la lente
es una esfera aplanada constituida por un gran número de fibras transparentes
dispuestas en capas. Está conectada con el músculo ciliar, que tiene forma de
anillo y la rodea mediante unos ligamentos. El músculo ciliar y los tejidos
circundantes forman el cuerpo ciliar y esta estructura aplana o redondea la
lente, cambiando su longitud focal.
El iris es una estructura
pigmentada suspendida entre la córnea y el cristalino y tiene una abertura
circular en el centro, la pupila. El tamaño de la pupila depende de un músculo
que rodea sus bordes, aumentando o disminuyendo cuando se contrae o se relaja,
controlando la cantidad de luz que entra en el ojo.
Por detrás de la lente, el
cuerpo principal del ojo está lleno de una sustancia transparente y gelatinosa
(el humor vítreo) encerrado en un saco delgado que recibe el nombre de membrana
hialoidea. La presión del humor vítreo mantiene distendido el globo ocular.
La retina es una capa compleja
compuesta sobre todo por células nerviosas. Las células receptoras sensibles a
la luz se encuentran en su superficie exterior detrás de una capa de tejido
pigmentado. Estas células tienen la forma de conos y bastones y están ordenadas
como los fósforos de una caja. Situada detrás de la pupila, la retina tiene una
pequeña mancha de color amarillo, llamada mácula lútea; en su centro se
encuentra la fóvea central, la zona del ojo con mayor agudeza visual. La capa
sensorial de la fóvea se compone sólo de células con forma de conos, mientras
que en torno a ella también se encuentran células con forma de bastones. Según
nos alejamos del área sensible, las células con forma de cono se vuelven más
escasas y en los bordes exteriores de la retina sólo existen las células con
forma de bastones.
El nervio óptico entra en el globo
ocular por debajo y algo inclinado hacia el lado interno de la fóvea central,
originando en la retina una pequeña mancha redondeada llamada disco óptico.
Esta estructura forma el punto ciego del ojo, ya que carece de células
sensibles a la luz.
Tropas de Falopio: uno de los dos conductos presentes en las hembras
de los mamíferos que se extiende desde los ovarios hasta la zona superior del
útero. Reciben el nombre de su descubridor, el anatomista italiano Gabriel
Falopio, y se conocen también como oviductos. En la mujer, las trompas de
Falopio tienen un grosor de unos 2 cm y una longitud aproximada de 10 a 13 cm.
Cuando el óvulo abandona el ovario, penetra en la trompa de Falopio adyacente y
es impulsado hacia el útero gracias a unas proyecciones denominadas cilios que
se localizan en la superficie interna de la trompa. Si el óvulo es fecundado en
su interior, donde tienen lugar la mayoría de las fecundaciones, se suele
implantar en el útero bajo condiciones óptimas. Sin embargo, algunos óvulos
fecundados se implantan en la propia trompa siendo necesaria su extirpación
quirúrgica. Este trastorno se denomina embarazo ectópico. Muchos casos de
infertilidad femenina se deben a la obstrucción de las trompas de Falopio que
pueden tener su origen en infecciones, entre ellas las debidas a enfermedades
de transmisión sexual. La sección y cierre quirúrgico de las trompas de Falopio
(ligadura de trompas) es un método habitual de prevención del embarazo.
Intestino delgado: porción del recto digestivo situado entre el estómago y el ano. En la
especie humana, el intestino se divide en dos secciones principales: el
intestino delgado, que tiene unos 6 m de longitud, donde se produce la parte
más importante de la digestión y se absorben la mayoría de los nutrientes.
El
intestino delgado está enrollado en el centro de la cavidad abdominal (véase
Abdomen) y está dividido en tres partes: duodeno, yeyuno e íleon. La
porción superior o duodeno comprende el píloro, la abertura de la parte
inferior del estómago por la que vacía su contenido en el intestino. El duodeno
tiene la forma de una herradura que rodea tanto a una parte del páncreas y el
conducto pancreático, como a los conductos del hígado y de la vesícula biliar
que vierten en él. El yeyuno o parte media del intestino delgado se extiende
desde el duodeno hasta su porción terminal o íleon, que acaba en un lado de la
primera parte del intestino grueso llamada el ciego. El intestino delgado tiene
una membrana de revestimiento o mucosa, adaptada para la digestión y absorción
que está plegada y cubierta por unas pequeñas prolongaciones llamadas
vellosidades; éstas son pequeños tubos de epitelio que rodean un vaso linfático
y gran cantidad de capilares. En su base se abren unas pequeñas depresiones
glandulares llamadas criptas de Lieberkühn, que secretan las enzimas necesarias
para la digestión intestinal. Las proteínas e hidratos de carbono digeridos
pasan de los capilares de las vellosidades a la vena porta, que entra en el
hígado, mientras que las grasas digeridas se absorben a través de los pequeños
vasos linfáticos y alcanzan el flujo sanguíneo general. La mucosa del intestino
delgado también secreta la hormona secretina que estimula al páncreas para
producir las enzimas digestivas.
El intestino grueso: se divide en el ciego, el colon
ascendente, el colon transverso, el colon descendente, el colon sigmoideo y el
recto. El ciego es un saco abultado que se localiza en la porción inferior
derecha de la cavidad abdominal y en los animales herbívoros tiene un gran
tamaño. En la especie humana, las dos partes importantes del ciego son el
apéndice vermiforme vestigial, que se altera con frecuencia, y la válvula
ileocecal, una estructura membranosa situada entre el íleon y el ciego que
regula el paso del material alimenticio desde el intestino delgado al grueso y
evita el retroceso de los productos de desecho tóxicos en el sentido inverso.
El colon ascendente se eleva por el lado derecho del abdomen; el colon
transverso lo cruza en horizontal y el colon descendente se dirige hacia abajo
por su lado izquierdo. El colon sigmoideo es la porción que adopta esta forma
cuando entra en la cavidad pélvica. La parte terminal del intestino o recto
mide unos 15 cm de longitud y debe este nombre a su forma casi recta. La salida
del recto se llama ano y está cerrada por un músculo que lo rodea, el esfínter
anal. El intestino grueso tiene un revestimiento mucoso liso (sólo el recto
tiene pliegues) que secreta mucus para lubricar los materiales de desecho.
El
alimento y los materiales de desecho atraviesan toda la longitud del intestino
movidos por las contracciones rítmicas o movimientos peristálticos de sus
músculos. La totalidad del volumen intestinal mantiene su posición en la
cavidad abdominal gracias a unas membranas llamadas mesenterios.
Piel: La piel forma una barrera protectora
contra la acción de agentes físicos, químicos o bacterianos sobre tejidos más
profundos, y contiene órganos especiales que suelen agruparse para detectar las
distintas sensaciones, como sentido del tacto, temperatura y dolor. Cumple un
papel importante en el mantenimiento de la temperatura corporal gracias a la
acción de las glándulas sudoríparas y de los capilares sanguíneos. En la
regulación de la temperatura corporal participan los 4,5 m de capilares
sanguíneos contenidos en cada 6,5 cm2 de piel.
En
este caso, la piel actúa como un órgano secretor. La piel es elástica y,
excepto en algunas zonas como las palmas de la manos, las plantas de los pies y
los oídos, está unida de forma débil a los tejidos subyacentes. El color de la
piel varía según la cantidad de un pigmento, llamado melanina, que se deposita
en las células cutáneas, la cual está determinada por la herencia y por la
exposición a la luz solar. El color también varía en algunas enfermedades a
causa de diferencias en la pigmentación, como ocurre en la enfermedad de
Addison, o porque la sangre transporta sustancias pigmentadas que se depositan
en la piel (ictericia). En determinadas regiones del cuerpo las capas más
externas de la piel se modifican para formar el pelo y las uñas. El grosor de
la piel varía entre 0,5 mm en los párpados y 4 mm o más en las palmas de las
manos y las plantas de los pies.
La piel está formada por
dos capas diferentes. La capa externa se llama epidermis o cutícula. La capa
interna es la dermis. Está constituida por una red de colágeno y de fibras
elásticas, capilares sanguíneos, nervios, lóbulos grasos y la base de los
folículos pilosos y de las glándulas sudoríparas. La interface entre dermis y
epidermis es muy irregular y consiste en una sucesión de papilas, o proyecciones
similares a dedos, que son más pequeñas en las zonas en que la piel es fina, y
más largas en la piel de las palmas de las manos y de las plantas de los pies.
En estas zonas, las papilas están asociadas a elevaciones de la epidermis que
producen ondulaciones utilizadas para la identificación de las huellas
dactilares. Cada papila contiene o bien un lazo capilar de vasos sanguíneos o
una terminación nerviosa especializada. Los lazos vasculares aportan nutrientes
a la epidermis y superan en número a las papilas neurales, en una proporción
aproximada de cuatro a uno.
Huesos y los dientes. Los huesos son la parte más
dura del cuerpo, pero a pesar de su dureza están formados por células que están
vivas y que forman un tejido, el tejido óseo. La palabra óseo significa que es
de los huesos, está formado por tejido
óseo, y otra más blanda que está dentro del hueso, la médula ósea.
Los huesos tienen una gran cantidad de minerales, sobre todo de calcio, que le proporcionan su dureza
y resistencia.
En los
niños los huesos son mucho más flexibles que en los adultos. Contienen un tipo
de tejido blando llamado cartílago. El proceso de formación y endurecimiento de
los huesos se llama osificación.
La osificación se completa hacia los 25 años de edad. El último hueso que se
osifica es el esternón.
Hay tres tipos de huesos;
los huesos cortos (como las
vértebras), los huesos planos
(como los del cráneo) y los huesos largos
(como los de las piernas o los brazos). Por lo general, los huesos están unidos
entre sí por músculos y ligamentos (bandas de tejido fibroso), lo que les
permite realizar algún tipo de movimiento. Es decir, los huesos se articulan. Algunos huesos, como los
del cráneo, están tan fuertemente unidos que no existe entre ellos ningún tipo
de movimiento. Nuestro cuerpo está conformado por 208 huesos.
Dientes: estructuras duras, calcificadas,
sujetas al maxilar superior e inferior de los vertebrados y algunos animales
inferiores, cuya función principal es la masticación. En algunos animales los
dientes tienen también otros cometidos, como roer, cavar o ser utilizados en la
lucha.
Los dientes están formados
por una parte externa denominada corona y una raíz que está inmersa en el
maxilar. La capa más externa de la corona está compuesta por un tejido
calcificado que recibe el nombre de esmalte, la sustancia más dura del
organismo. Por dentro del esmalte se halla la dentina, una sustancia de tipo
óseo que se extiende desde la superficie más interna del esmalte y penetra en
el maxilar para formar la raíz. La dentina de la raíz está cubierta por una
capa delgada de un tejido duro denominado cemento. Las raíces se mantienen en
su posición mediante fibras elásticas que forman la membrana periodontal, la
cual se extiende desde el cemento hasta una capa ósea engrosada denominada
lámina dura, en el interior del maxilar.
Vello corporal: Pelo que sale más corto y suave
que el de la cabeza y de la barba, en algunas partes del cuerpo humano.
El bazo: órgano de tipo glandular, aplanado y
oblongo, situado en la zona superior izquierda de la cavidad abdominal, en
contacto con el páncreas, el diafragma y el riñón izquierdo; está sujeto por
bandas fibrosas unidas al peritoneo (la membrana que reviste la cavidad
abdominal). Aunque su tamaño varía de unas personas a otras suele tener una
longitud de 13 cm, una anchura de 10 cm y un grosor de 3,8 cm así como un peso
de 200 g aproximadamente.
El
bazo no se considera una glándula endocrina debido a que en apariencia no
produce secreciones, aunque en ciertas enfermedades elabora una hormona que
afecta a la producción de los glóbulos rojos de la sangre en la médula ósea.
El útero o matriz: El útero es un órgano hueco que es capaz de aumentar
de tamaño según va creciendo el bebé que se está formando en su interior.
El útero
consta de un cuerpo, una base o fondo, un cuello o cérvix y una boca. Está
suspendido en la pelvis y se coloca con la base dirigida hacia arriba y hacia
adelante, y el cuello dirigido un poco hacia atrás. Está conectado con la
vagina por el cérvix; en cada uno de sus lados hay un ovario que produce óvulos
o huevos que llegan a él a través de las trompas de Falopio. Cuando no hay
embarazo, el útero mide unos 7,6 cm de longitud, 5 cm de anchura y 2,5 cm de
grosor. Durante la gestación, el óvulo fecundado se implanta en el
revestimiento uterino, donde crece hasta alcanzar la madurez. Las paredes del
útero son elásticas y se estiran durante el embarazo para albergar al feto en
crecimiento. Aunque el útero es un órgano muscular posee un revestimiento de
material glandular blando que durante la ovulación se hace más denso, momento
en el cual está listo para recibir un óvulo fecundado. Si no se produce la
fecundación, este revestimiento se expulsa durante la menstruación.
La lengua: órgano musculoso de la boca, asiento
principal del gusto y parte importante en la fonación y en la masticación y
deglución de los alimentos. La lengua está cubierta por una membrana mucosa, y
se extiende desde el hueso hioides en la parte posterior de la boca hacia los
labios. La cara superior, los lados y la parte anterior de la cara inferior son
libres. El resto está unido a la cavidad bucal. Los músculos extrínsecos fijan
la lengua a distintos puntos externos y los músculos intrínsecos, que discurren
de forma vertical, transversal y longitudinal, permiten muchos y diversos
movimientos. La cara superior presenta pequeñas excrecencias que proporcionan a
la lengua una textura rugosa, son las papilas gustativas y en ellas reside el
sentido del gusto. El color de la lengua suele ser rosado, lo que indica un
buen estado de salud; cuando pierde color es síntoma de algún trastorno.
Como
principal órgano del gusto, la lengua tiene papilas gustativas que contienen
los receptores gustativos y se encuentran dispersas por toda su superficie. Los
distintos receptores aparecen concentrados en determinadas zonas de la lengua;
de esta manera, los sabores dulce y salado son detectados en la parte anterior
de la lengua; el ácido o agrio en los lados, y el amargo en la parte posterior
dorsal. En la masticación, la lengua empuja los alimentos contra los dientes;
en la deglución, lleva los alimentos hacia la faringe y más tarde hacia el
esófago, cuando la presión que ejerce la lengua provoca el cierre de la
tráquea. También contribuye, junto con los labios, los dientes y el paladar
duro, a la articulación de palabras y sonidos.
Medula espinal: es la parte del sistema nervioso contenida dentro
del canal vertebral o neural. En el ser humano adulto, se extiende desde la
base del cráneo hasta la segunda vértebra lumbar. Por debajo de esta zona se
empieza a reducir hasta formar una especie de cordón llamado filum terminal,
delgado y fibroso y que contiene poca materia nerviosa. Por encima del foramen
magnum, en la base del cráneo, está situado el bulbo raquídeo. Igual que el
cerebro, la médula está encerrada en una funda triple de membranas, las
meninges, y está dividida de forma parcial en dos mitades laterales por un
surco medio hacia la parte dorsal y por una hendidura ventral hacia la parte
anterior; de cada lado de la médula surgen 31 pares de nervios espinales, cada
uno de los cuales tiene una raíz anterior y otra posterior.
La médula
espinal transmite los impulsos ascendentes hacia el cerebro y los impulsos
descendentes desde el cerebro hacia el resto del cuerpo. Transmite la
información que le llega desde los nervios periféricos procedentes de distintas
regiones corporales, hasta los centros superiores. El propio cerebro actúa
sobre la médula enviando impulsos. La médula espinal también transmite impulsos
a los músculos, los vasos sanguíneos y las glándulas a través de los nervios
que salen de ella, bien en respuesta a un estímulo recibido, o bien en
respuesta a señales procedentes de centros superiores del sistema nervioso
central.
La Vejiga: órgano en el que se almacena la orina formada en
los riñones. Está compuesta por tres capas: un revestimiento mucoso denominado
epitelio; una capa intermedia de fibras musculares involuntarias dispuestas en
tres estratos, cada uno con una dirección distinta, y una capa más externa de
tejido conectivo cubierta por arriba y por detrás por el peritoneo y
entremezclada con el tejido conectivo de los órganos y músculos abdominales del
organismo por delante y por debajo. La orina llega a la vejiga procedente de los
riñones por dos uréteres y se elimina hacia el exterior a través de la uretra.
Los orificios ureterales descansan sobre el fondo vesical, a unos 3,8 cm de
distancia del orificio de la uretra, que se localiza en la línea media de la
vejiga en su zona más inferior. La capacidad varía en torno a 1 litro, pero se
tiene sensación de llenado ('ganas de orinar') desde los 400 centímetros
cúbicos.
Neuronas: En el sistema nervioso, la recepción
de los estímulos es la función de unas células sensitivas especiales, los
receptores. Los elementos conductores son unas células llamadas neuronas que
pueden desarrollar una actividad lenta y generalizada o pueden ser unas
unidades conductoras rápidas, de gran eficiencia. La respuesta específica de la
neurona se llama impulso nervioso; ésta y su capacidad para ser estimulada,
hacen de esta célula una unidad de recepción y emisión capaz de transferir
información de una parte a otra del organismo.
Cada célula nerviosa o
neurona consta de una porción central o cuerpo celular, que contiene el núcleo
y una o más estructuras denominadas axones y dendritas. Estas últimas son unas
extensiones bastante cortas del cuerpo neuronal y están implicadas en la
recepción de los estímulos. Por contraste, el axón suele ser una prolongación única
y alargada, muy importante en la transmisión de los impulsos desde la región
del cuerpo neuronal hasta otras células.
Nervios: La excitabilidad es la propiedad que tiene
la célula nerviosa de adquirir un movimiento vibratorio molecular bajo la
acción de un excitante. La célula puede ser excitada por un centro nervioso,
por una excitante natural como la luz o como excitante artificial como descarga
eléctrica.
Faringe: tubo musculoso situado en el cuello y revestido de
membrana mucosa que conecta la nariz y la boca con la tráquea y el esófago y
por el que pasan tanto el aire como los alimentos. En el hombre mide unos
13 cm y queda delante de la columna vertebral. Alberga las amígdalas y, en
los niños, los ganglios adenoides. Como arranca de la parte posterior de la
cavidad nasal, su extremo más alto se llama nasofaringe. La inferior u
orofaringe ocupa la zona posterior de la boca. Termina en la epiglotis, un
pliegue cartilaginoso que impide la entrada de alimentos en la tráquea, pero no
obstaculiza su paso al esófago. Las llamadas trompas de Eustaquio comunican la
faringe con el oído medio y equilibran la presión del aire a ambos lados del
tímpano.
Espermatozoide y él Óvulo: El espermatozoide es
él gameto
masculino, destinado a la fecundación del óvulo, el gameto masculino típico, conocido
como espermatozoo o espermatozoide, es una célula móvil con una cabeza que
contiene el núcleo y una cola a modo de látigo, con la que se impulsa. contienen una reserva muy pequeña
de alimento, tienen centrosomas, y son móviles. Los gametos tienen sólo una
dotación de cromosomas y son, por tanto, haploides; el cigoto que resulta de su
unión tiene una dotación cromosómica doble y es diploide.
El óvulo es un gameto femenino, el óvulo es el gameto femenino,
mientras que el espermatozoide es el masculino. Como estos gametos llevan sólo
la mitad del código genético, reciben el nombre de células haploides. El óvulo
fecundado contiene también la aportación genética del macho y, por ello, se
llama diploide.
Medula ósea. es un tejido esponjoso que se encuentra en
el interior de algunos de los huesos del cuerpo como las crestas ilíacas , el
esternón o los huesos del cráneo. es la parte del sistema nervioso contenida dentro
del canal vertebral o neural.
La sangre: Sustancia líquida que
circula por las arterias y las venas del organismo. La sangre es roja brillante
o escarlata cuando ha sido oxigenada en los pulmones y pasa a las arterias;
adquiere una tonalidad más azulada cuando ha cedido su oxígeno para nutrir los
tejidos del organismo y regresa a los pulmones a través de las venas y de los
pequeños vasos denominados capilares. En los pulmones, la sangre cede el
dióxido de carbono que ha captado procedente de los tejidos, recibe un nuevo
aporte de oxígeno e inicia un nuevo ciclo. Este movimiento circulatorio de
sangre tiene lugar gracias a la actividad coordinada del corazón, los pulmones
y las paredes de los vasos sanguíneos. Se compone de una parte líquida o plasma y de
células en suspensión: hematíes, leucocitos y plaquetas. Su función es
distribuir oxígeno, nutrientes y otras sustancias a las células del organismo,
y recoger de estas los productos de desecho.
Articulaciones: zonas de unión entre los huesos o cartílagos del
esqueleto. Se pueden clasificar en: sinartrosis, que son articulaciones
rígidas, sin movilidad, como las que unen los huesos del cráneo; sínfisis, que
presentan movilidad escasa como la unión de ambos pubis; y diartrosis,
articulaciones móviles como las que unen los huesos de las extremidades con el
tronco (hombro, cadera).
El cuerpo
humano tiene diversos tipos de articulaciones móviles. La cadera y el hombro
son articulaciones del tipo esfera-cavidad, que permiten movimientos libres en
todas las direcciones. Los codos, las rodillas y los dedos tienen
articulaciones en bisagra, de modo que sólo es posible la movilidad en un
plano. Las articulaciones en pivote, que permiten sólo la rotación, son
características de las dos primeras vértebras; es además la articulación que
hace posible el giro de la cabeza de un lado a otro. Las articulaciones
deslizantes, donde las superficies óseas se mueven separadas por distancias muy
cortas, se observan entre diferentes huesos de la muñeca y del tobillo.
Linfocitos: ayudan al sistema inmunológico para combatir
algunas enfermedades, grupo
especial de glóbulos blancos; son las células de la sangre que intervienen en
los mecanismos de defensa y en las reacciones inmunitarias del organismo. Los
linfocitos participan en la lucha contra los microorganismos extraños y los
tumores. También son responsable del fenómeno del rechazo de los órganos
trasplantados. Hay dos grandes categorías de linfocitos: B y T. Los linfocitos
B, que representan entre el 10 y el 20% de la población total, circulan en la
sangre y se transforman en plasmocitos productores de anticuerpos en caso de
infección. Son responsables de la inmunidad humoral. Los linfocitos T se
dividen a su vez en dos grupos que desempeñan funciones distintas: los
linfocitos T killers (células asesinas o supresoras) son activados por
células anormales (tumorales o infectadas por virus); se fijan a estas células
y liberan sustancias tóxicas (linfoquinas) para destruirlas. Los linfocitos T helpers
(cooperadores) estimulan la actividad de los T killers e intervienen en
otros aspectos variados de la reacción inmunitaria.
Las glándulas linfáticas: La linfa es un plasma sanguíneo
diluido que contiene abundantes glóbulos blancos, en especial los llamados
linfocitos, y en ocasiones glóbulos rojos. Debido al gran número de células
vivas que contiene la linfa se clasifica como un tejido líquido.
La
linfa se difunde, y es absorbida, por los capilares linfáticos desde los
espacios localizados entre las distintas células que forman los tejidos. En
estos espacios, la linfa se conoce como líquido tisular, plasma que ha
atravesado las paredes de los capilares sanguíneos y rodea las células
proporcionándoles nutrientes y recogiendo sus sustancias de desecho. La linfa
contenida en los vasos quilíferos del intestino delgado se denomina quilo y se
caracteriza por su elevado contenido en grasas.
El
líquido sinovial que lubrica las articulaciones es casi idéntico a la linfa, al
igual que los líquidos serosos que se encuentran en el cuerpo y la cavidad
pleural. El líquido que contienen los canales semicirculares del oído, aunque
se denomina endolinfa, no es realmente ningún tipo de linfa.
Vagina: conducto muscular que conecta el cuello (cérvix)
del útero con el exterior. El flujo menstrual pasa a través de ella cuando es
eliminado y durante el contacto sexual (coito) alberga al pene erecto y recoge
el semen eyaculado por éste en su interior. Para que tenga lugar la
fecundación, los espermatozoides que contienen el semen deben pasar desde la
parte superior de la vagina, a través del cérvix y del útero, para fecundar un óvulo
que se encuentra en la trompa de Falopio. Las paredes de la vagina tienen una
gran elasticidad; las paredes anterior y posterior se encuentran en contacto
cuando está vacía, pero pueden separarse lo suficiente como para permitir el
paso del niño en el momento del parto.
Tejido cartilaginoso o cartílago: El cartílago es más blando, más
elástico y más compresible que el hueso. Está presente en zonas del cuerpo que
precisan una combinación de resistencia y flexibilidad, como los extremos de
los huesos, la punta de la nariz y la zona externa del oído.
El
cartílago blando y las fontanelas permiten la compresión del cráneo durante su
paso a través del canal del parto. Durante la infancia, el cartílago va siendo
sustituido de manera gradual por hueso, gracias a la actividad de los
osteoblastos. En el lactante existen más de 300 huesos, varios de los cuales se
fusionan conforme madura.
Glándulas mamarias: son la fuente de producción de leche
para la alimentación de los recién nacidos, y constituyen una característica de
todos los mamíferos. Aunque la aparición de las glándulas mamarias es reciente
en el desarrollo evolutivo de los vertebrados su origen es desconocido. En los
monotremas (mamíferos que ponen huevos), la estructura es parecida a las de las
glándulas sudoríparas, lo que ha hecho pensar a los científicos que las
glándulas mamarias son glándulas sudoríparas o sebáceas modificadas a través de
la evolución. En etapas superiores las glándulas sólo se desarrollan en las
hembras durante la época de madurez sexual, mientras que en los monotremas se
presentan de la misma forma en ambos sexos. En los varones humanos adquiere a
veces cierta capacidad funcional, lo que apoya la creencia de que la lactancia
en los mamíferos prehistóricos se producía en ambos sexos.
El
desarrollo de las glándulas mamarias está regulado por hormonas secretadas por
la hipófisis anterior (prolactina) y los ovarios (progestágenos). La lactancia
se controla por otra hormona hipofisaria (oxitocina).
Pulmones: se localizan en la cavidad torácica, limitada por
arriba por el cuello y por debajo por el diafragma, un músculo con forma de
cúpula que separa esta cavidad de la abdominal. Los pulmones de los recién
nacidos son de color rosado mientras que los de las personas adultas presentan
distintas manchas grisáceas como consecuencia de las pequeñas partículas de
polvo presentes en la atmósfera, que acceden a los pulmones con el aire
inspirado. En general, las personas que viven en grandes ciudades o en zonas
industriales presentan pulmones de color más oscuro que aquéllas que viven en
el campo.
La
respiración es un proceso vital para la vida, el oxígeno del aire
inhalado entra en la sangre, y el dióxido de carbono un gas de desecho
procedente del metabolismo de las sustancias nutritivas es exhalado a la
atmósfera. Las células del organismo utilizan el oxígeno y producen dióxido de
carbono constantemente, por lo que los pulmones están continuamente en
funcionamiento.
Riñones: cada uno de la pareja de
órganos cuya función principal es la elaboración y la excreción de orina. los
riñones se sitúan a cada lado de la columna vertebral, en la zona lumbar, y
están rodeados de tejido graso, la cápsula adiposa renal. Tienen forma de judía
o frijol, y presentan un borde externo convexo y un borde interno cóncavo. Este
último ostenta un hueco denominado hilio, por donde entran y salen los vasos
sanguíneos y linfáticos, y los nervios. En el lado anterior se localiza la vena
renal, que recoge la sangre del riñón, y en la parte posterior la arteria
renal, que lleva la sangre hacia el riñón. Localizado más posteriormente se
localiza el uréter, un tubo que conduce la orina hacia la vejiga. El hilio se
amplía dentro del riñón formando una cavidad más profunda, el seno renal, por
donde discurren los nervios y vasos sanguíneos y donde el uréter se ensancha,
formando un pequeño saco denominado pelvis renal.
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